1. Flujo de oxígeno: Proporciona un rango de flujo de 1 a 10 litros por minuto (lpm), ajustable en incrementos de 0.5
lpm.
2. Concentración de oxígeno: Ofrece una concentración de oxígeno entre el 87% y el 96%, dependiendo del flujo y
las condiciones del entorno.
3. Dimensiones: Suele ser más grande, con medidas aproximadas de 60 cm de altura, 40 cm de ancho y 30 cm de
profundidad.
4. Peso: Generalmente pesa entre 20 y 25 kg, lo que lo hace menos portátil que los modelos de menor capacidad.
5. Fuente de energía: Funciona con corriente eléctrica (120/240 V) y su consumo de energía puede variar entre 400
y 700 W.
6. Durabilidad: Diseñado para un uso continuo, con una vida útil que suele superar las 30,000 horas.
7. Alarmas: Equipado con alarmas auditivas y visuales para advertir sobre problemas como fallos de energía,
obstrucciones o baja presión.
8. Opciones de humidificación: Incluye un conector para humidificadores, que son opcionales según la necesidad
del paciente.
9. Facilidad de uso: Cuenta con un panel de control intuitivo y fácil de leer, con indicadores claros para el flujo de
oxígeno y el estado del dispositivo.
10. Filtros: Generalmente tiene filtros lavables y reemplazables que facilitan el mantenimiento y prolongan la vida útil del concentrador.